Pestiños caseros con miel: un capricho irresistible

Crujientes por fuera, tiernos por dentro y cubiertos con una capa brillante de miel, los pestiños son uno de los dulces tradicionales más apreciados de nuestra cocina. Ideales para Semana Santa, Navidad o simplemente para darse un capricho en cualquier momento del año.

Ingredientes (para 4 personas):

250 g de harina de trigo
60 ml de vino blanco seco
60 ml de aceite de oliva virgen extra
1 cucharadita de anís en grano
1 pizca de sal
Las tiras de piel de 1 limón
Aceite para freír
50 g de agua para el «aguamiel»
200 g de miel

Elaboración:

Calienta el aceite, sin que llegue a hervir, con las tiras de limón durante 10 minutos. Retira del fuego, quitas las tiras de limón, añade el anís en grano y lo dejas 15 minutos hasta que esté templado. Si prefieres no encontrarte granos de anís, cuélalo.
En un bol grande, mezcla la harina con la pizca de sal, el vino blanco y el aceite aromatizado. Amasa hasta obtener una masa suave y homogénea.
Tapa con un paño y deja reposar 30 minutos.
Estira porciones pequeñas de masa con un rodillo hasta que queden muy finas. Puedes darles forma rectangular y doblar dos esquinas contrarias hacia el centro.
Fríe los pestiños en aceite caliente hasta que estén dorados por ambos lados. Sácalos sobre papel absorbente.
Calienta un poco de miel en un cazo y baña los pestiños en ella cuando aún estén tibios. Deja escurrir el exceso.

Consejos adicionales:

La masa se puede aromatizar también con un poco de canela molida o licor de anís.
Guarda los pestiños en un recipiente hermético si no los consumes el mismo día.
Si lo prefieres, puedes hornearlos en lugar de freírlos, aunque perderán parte de su textura tradicional.

Tiempo de preparación:

Preparación: 30 minutos
Cocinado: 15 minutos
Tiempo total: 45 minutos

Sugerencias de presentación:

Sírvelos en una bandeja decorativa y acompaña con una infusión suave.
Puedes espolvorear con ajonjolí o con azúcar glas si prefieres una versión sin miel.