Localización.
Calle Álvarez de Baena, 4, 28006 Madrid, España – www.zalacain.es
Ambiente y Decoración
Decidimos celebrar una fecha importante en el Restaurante Zalacaín en Madrid, un lugar que tuvo que cerrar en la pandemia del Covid y que ha vuelto a reabrir y ciertamente no nos decepcionó. Desde que cruzamos la puerta, nos sumergimos en un ambiente de elegancia clásica. La decoración del restaurante combina lo tradicional con lo moderno de una manera que crea un entorno acogedor y sofisticado. La iluminación tenue y la disposición de las mesas proporcionan una atmósfera íntima y relajada, perfecta para disfrutar de una cena sin prisas.
Servicio
El servicio fue impecable desde el primer momento. El personal es atento, cordial y tiene un conocimiento profundo de los platos y vinos que ofrecen. Nos hicieron sentir bienvenidos y cómodos, sin ser invasivos. Nos gustó especialmente la recomendación de vinos, que acompañó a la perfección los platos que elegimos. En todo momento, el servicio fue eficiente y discreto, permitiéndonos disfrutar de nuestra comida sin interrupciones innecesarias.
Calidad-Precio
En Zalacaín, la calidad se paga, y aunque algunos platos nos parecieron un poco caros para la cantidad ofrecida, entendemos que estamos pagando no solo por la comida, sino también por la experiencia en su conjunto. En general, sentimos que la relación calidad-precio es justa considerando el nivel del restaurante y la atención al detalle en cada aspecto de la experiencia.
Gastronomía
Platos Recomendados
- La cocina de Zalacaín es una oda a la alta gastronomía española con toques internacionales. El menú está diseñado para ofrecer una experiencia culinaria completa, donde la calidad de los ingredientes es indiscutible y la ejecución de los platos es sobresaliente.
- Hongos Salteados
Los hongos salteados estaban deliciosos, cocinados a la perfección para resaltar sus sabores naturales. Sin embargo, el precio nos pareció un poco elevado considerando la porción. - Langostino Tigre Frito
Este plato fue un acierto. El langostino estaba crujiente por fuera y jugoso por dentro, una combinación perfecta que se equilibraba con una fritura impecable. Sin duda, uno de nuestros favoritos. - Bacalao Tellagorri
El bacalao Tellagorri es un plato que rinde homenaje a la tradición culinaria española. La cocción del bacalao fue impecable, pero nos hubiera gustado una porción un poco más generosa. - Manitas de Cerdo Rellenas
Las manitas de cerdo rellenas fueron un plato contundente y lleno de sabor. La textura gelatinosa de las manitas, combinada con el relleno sabroso, hizo que este plato fuera memorable, aunque quizás no para todos los paladares. - Tartaleta de Chocolate
El postre fue un final perfecto para la comida. La tartaleta de chocolate tenía una base crujiente y un relleno cremoso que no era excesivamente dulce, lo cual agradecimos. - Solán de Cabras
El agua mineral Solán de Cabras es un clásico en las mesas de alta gastronomía y complementó bien la comida. - Viña Real Oro Gran Reserva
Este vino fue una de las mejores elecciones de la noche. Un tinto con cuerpo y carácter, que acompañó de manera sublime los platos más contundentes como las manitas de cerdo y el bacalao. Su complejidad en nariz, con notas de frutas maduras y un toque especiado, así como su final prolongado en boca, hicieron que disfrutáramos cada copa. Es un vino que, aunque tiene un precio elevado, ofrece una experiencia enológica que vale la pena para quienes aprecian un buen Gran Reserva.
- Hongos Salteados
Conclusión
Nuestra visita a Zalacaín fue una experiencia culinaria que nos dejó muy satisfechos. Es un restaurante que ha sabido mantenerse como un referente en la alta cocina madrileña, combinando lo mejor de la tradición con técnicas modernas y una ejecución impecable. Sin duda, es un lugar que recomendaríamos para ocasiones especiales, donde el entorno y el servicio complementan perfectamente la calidad de la comida.
Damos una valoración de 5 sobre 5 estrellas.
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Como llegar.
