Los aperitivos, especialmente si son sabrosos y bien presentados, despiertan el apetito de los comensales y prepararlos para el plato principal.
Proporcionan una oportunidad para ofrecer una variedad de sabores, texturas y colores en una comida, lo que puede hacer que la experiencia gastronómica sea más interesante y satisfactoria.
Por otro lado, si hay un tiempo de espera entre la llegada de los invitados y la comida principal, los entrantes y aperitivos pueden servir como una forma de mantener a los comensales satisfechos y entretenidos mientras esperan.
En resumen, los entrantes y aperitivos pueden mejorar la experiencia general de una comida al estimular el apetito, ofrecer variedad, fomentar la conversación y complementar el tema o estilo de la comida.